Si debes redactar el ensayo literario de un libro, es importante que sepas de entrada que no se trata de un resumen del argumento o una reseña de un libro.
El análisis literario o el redactar el ensayo literario de un libro consiste en interpretar y exponer detenidamente un texto, ofreciendo sus significados y explorando diferentes preguntas y argumentos sobre por qué el autor tomó determinadas decisiones.
Por tratarse de un ensayo literario, puede aplicarse a diferentes tipos de obras: novelas, cuentos, obras de teatro, poemas o cualquier otra forma de escritura literaria.
¿Cómo redactar el ensayo literario de un libro?
Antes de comenzar un ensayo de análisis literario, es esencial leer cuidadosamente el texto y extraer algunos fragmentos destacados del autor que pueda citar en el contendió de tu ensayo. Incorporando algunas citas textuales, puedes mantener el enfoque del ensayo a lo largo del texto.
Cuando vas a redactar el ensayo literario de un libro, debes seguir la estructura tradicional de un ensayo académico:
- Una introducción que indique al lector en qué se centrará el ensayo.
- Un cuerpo principal, dividido en párrafos, que explique el argumento utilizando citas textuales.
- Una conclusión que exponga claramente el punto principal que has demostrado con tu análisis.
Paso a paso para redactar el ensayo literario de un libro
Paso 1: Leer el texto e identificar los recursos literarios
El primer paso consiste en leer detenidamente el texto o los textos y tomar las primeras notas. A medida que leas, debes prestar atención a los aspectos en los que puedes profundizar: que generen intriga, datos sorprendentes o incluso confusos del texto.
Tu objetivo cuando vas a analizar y redactar el ensayo literario de un libro no es simplemente explicar los acontecimientos descritos en el texto, también se trata de ahondar y detallar cómo funciona el texto en un nivel más profundo.
En primer lugar, debes buscar los recursos literarios, es decir, los elementos textuales que los escritores utilizan para transmitir el significado y crear efectos. Si comparas y contrastas varios textos, también puedes buscar conexiones entre ellos.
Para empezar el análisis, hay varias áreas clave en las que puedes centrarte. A medida que analices cada aspecto del texto, intenta pensar en cómo se relacionan unos con otros. Puedes utilizar resaltadores o notas para seguir los pasajes y las citas importantes.
Elecciones lingüísticas
Considera qué estilo de lenguaje utiliza el autor:
- ¿Las frases son cortas y sencillas o más complejas y poéticas?
- ¿Qué palabras destacan como interesantes o inusuales?
- ¿Se utilizan las palabras en sentido figurado para significar algo distinto a su definición literal?
El lenguaje figurado incluye cosas como la metáfora (por ejemplo, «sus ojos eran océanos») y el símil (por ejemplo, «sus ojos eran como océanos»). También hay que prestar atención a las imágenes que aparecen en el texto, es decir, las que crean una atmósfera determinada o simbolizan algo importante. Recuerda que el lenguaje se utiliza en los textos literarios para decir más de lo que significa en la superficie.
Voz narrativa
Pregúntate:
- ¿Quién cuenta la historia?
- ¿Cómo la cuenta?
- ¿Se trata de un narrador en primera persona («yo») que se implica personalmente en la historia, o de un narrador en tercera persona que nos habla de los personajes desde la distancia?
Considera la perspectiva del narrador. ¿Es el narrador omnisciente (lo sabe todo sobre los personajes y los acontecimientos) o sólo tiene un conocimiento parcial? ¿Es un narrador poco fiable al que no debemos tomar en serio? Los autores suelen insinuar que su narrador podría estar dándonos una versión distorsionada o deshonesta de los hechos.
También hay que tener en cuenta el tono del texto. ¿La historia pretende ser cómica, trágica o algo más? ¿Los temas habitualmente serios se tratan como divertidos, o viceversa? ¿La historia es realista o fantástica (o algo intermedio)?
Estructura
Considera cómo está estructurado el texto y cómo se relaciona la estructura con la historia que se cuenta.
Piensa en la razón por la que el autor decidió dividir las diferentes partes del texto de la forma en que lo hizo.
También hay que tener en cuenta elementos estructurales menos formales. ¿La historia se desarrolla en orden cronológico o salta en el tiempo? ¿Comienza in medias res, en medio de la acción? ¿Avanza la trama hacia un clímax claramente definido?
En el caso de la poesía, considera cómo la rima y la métrica determinan tu comprensión del texto y tu impresión del tono. Intenta leer el poema en voz alta para hacerte una idea.
En una obra de teatro, puedes considerar cómo se construyen las relaciones entre los personajes a lo largo de las diferentes escenas y cómo el escenario se relaciona con la acción. Presta atención a la ironía dramática, en la que el público conoce algún detalle que los personajes desconocen, creando un doble sentido en sus palabras, pensamientos o acciones.
Paso 2: Manejar un argumento
Redactar el ensayo literario de un libro implica que el argumento central oriente la dirección de tu ensayo y evite que sea sólo una colección de observaciones al azar sobre un texto. Es justamente el punto de cohesión de tu ensayo.
Si te dan un tema para tu ensayo, tu tesis debe responder o relacionarse con el tema. Pero también debe ser algo discutible, es decir, algo que creas que es cierto sobre el texto, pero que no es una simple cuestión de hecho. Debe ser lo suficientemente compleja como para desarrollarla mediante pruebas y argumentos a lo largo del ensayo.
Paso 3: Escribir un título y una introducción
Para redactar el ensayo literario de un libro, necesitarás dos elementos claves: un buen título y una introducción.
El título
El título debe indicar claramente en qué se centrará tu análisis. Suele contener el nombre del autor y del texto que estás analizando. Procura que sea lo más conciso y atractivo posible.
Un enfoque común para el título es utilizar una cita relevante del texto, seguida de dos puntos y el resto del título.
Si al principio te cuesta idear un buen título, no te preocupes: te resultará más fácil una vez que hayas empezado a escribir el ensayo y tengas una mejor idea de tus argumentos.
La introducción
La introducción del ensayo proporciona una visión general rápida de la dirección de tu argumento. Debe incluir el enunciado y un resumen de la estructura del ensayo.
La estructura típica de una introducción consiste en comenzar con una declaración general sobre el texto y el autor, y utilizarla como punto de partida. Puedes referirte a una idea común sobre el texto y mostrar cómo tu tesis la contradice, o centrarte en un elemento concreto en el que pretendes centrarte.
Luego puedes terminar con una breve indicación de lo que viene en el cuerpo principal del ensayo. Esto se llama señalización. A mayor extensión del texto, esta indicación puede ser más amplia. Lo más común es que abarque cinco párrafos.
Lo usual es que las personas prefieran redactar la introducción más adelante en el proceso, y no es una mala idea. Después de todo, así tendrás una idea más clara de la forma general de tus argumentos una vez que hayas empezado a escribirlos.
Mientras que, si escribes la introducción en primer lugar, deberías volver a ella más tarde para asegurarte de que se ajusta a lo que acabas de escribir, y editarla si es necesario.
Paso 4: Escribir el cuerpo del ensayo
El cuerpo del ensayo es todo lo que hay entre la introducción y la conclusión. Contiene tus argumentos y las pruebas textuales que los apoyan.
Estructura de los párrafos
Una estructura típica para redactar el ensayo literario de un libro de cinco párrafos: los tres párrafos del cuerpo, más la introducción y la conclusión.
Cada párrafo del cuerpo principal debe centrarse en un tema. En el modelo de cinco párrafos, intenta dividir tu argumento en tres áreas principales de análisis, todas ellas vinculadas a tu tema. No intentes incluir todo lo que se te ocurra decir sobre el texto, sólo el análisis que impulsa tu argumento.
En ensayos más largos, el mismo principio se aplica a una escala más amplia. Por ejemplo, puedes tener dos o tres secciones en tu cuerpo principal, cada una con varios párrafos. Dentro de estas secciones, es conveniente comenzar nuevos párrafos en los momentos lógicos: un giro en el argumento o la introducción de una nueva idea.
Frases temáticas
Para mantener el enfoque de los puntos, es importante utilizar una frase temática al principio de cada párrafo.
Una buena frase temática permite al lector conocer en un vistazo de qué trata el párrafo. Puede introducir una nueva línea argumental y conectarla, o contrastarla con el párrafo anterior. Las palabras de transición como «sin embargo» o «además» son útiles para crear transiciones fluidas.
Utilización de citas
Una parte fundamental de redactar el ensayo literario de un libro es respaldar los argumentos con pruebas relevantes del texto, lo que implica incluir citas textuales y explicar su relación e importancia para el argumento.
Es importante contextualizar las citas y explicar por qué las utilizas; hay que introducirlas y analizarlas adecuadamente, no tratarlas como si se tratara de algo autoexplicativo.
No uses citas solo porque sí. Las citas son útiles cuando se habla del lenguaje del autor, pero a veces hay que referirse a puntos de la trama o a elementos estructurales que no se pueden plasmar en una cita breve.
En estos casos, es más apropiado parafrasear o resumir partes del texto, es decir, describir la parte relevante con tus propias palabras.
Paso 5: Escribir una conclusión
La conclusión de tu análisis no debe introducir ninguna cita o argumento nuevo. En su lugar, se trata de cerrar el ensayo. Aquí se resumen los puntos clave y se trata de enfatizar su importancia para el lector.
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