La técnica de impresión con la imprenta con tipos móviles fue un enorme avance tecnológico. La imprenta permitió una difusión del conocimiento como nunca antes había sido posible.
Hay que hacer énfasis en que lo realmente importante no fue la invención de la imprenta sino la invención de la imprenta con tipos móviles, ya que hubo un periodo de muchos años entre la imprenta antigua y la imprenta con tipos móviles.
La impresión antes de usar los tipos móviles
En China ya se habían imprimido o impreso libros desde hacía cientos de años, pero no eran capaces de hacerlo de forma masiva en grandes cantidades. Además el precio de la producción era muy elevado.
En la imprenta china se usaban moldes especialmente fabricados para cada una de las páginas. Una vez preparados los moldes de cada página, podían producirse tantas copias como se desease, pero el grabado de esos bloques con la intrincada escritura china y el subsiguiente entintado a mano eran unos procesos especialmente lentos.
Por poner una comparación sencilla de imaginar, la imprenta antes de los tipos móviles consistía en la fabricación de un sello con el que plasmar la copia en cada hoja.
La llegada de la imprenta con tipos móviles
Entonces llegó la utilización del tipo móvil de metal fundido, pero el sistema no tuvo éxito en Oriente debido al coste del enorme número de símbolos que requerían.
A los europeos, no obstante, les fue mucho más fácil aprovechar la imprenta con tipos móviles porque el número de caracteres necesarios era mucho menor.
Por poner de nuevo un ejemplo, la impresión con tipos móviles consiste en una plancha en la que se colocan las piezas prefabricadas con los caracteres necesarios en cada hoja. De este modo no sería necesario crear un molde de cada página.
También se podían evitar errores muy costosos, puesto que en caso de encontrar un caracter erróneo, tan sólo era necesario sustituir la letra (tipo) por la correcta.
Con el alfabeto y el tipo móvil sólo se necesitaba otra innovación, la prensa de la imprenta, para provocar la revolución. No era sorprendente que esa revolución tuviera lugar en Europa, donde la gente había usado la prensa de tornillo para prensar aceites y uvas desde que la inventaran los romanos.
En conclusión, todas estas contribuciones (papel, tinta fluida, alfabeto, tipo móvil y prensa de tornillo) fueron reunidas por fin en la ciudad alemana de Maguncia, en el año 1450. El responsable de ello fue un hábil obrero metalúrgico llamado Johannes Gutenberg.
Gutenberg no era un científico sino un empresario que vio una oportunidad e intentó aprovecharla.